
A veces hemos tenido la necesidad de reformar una segunda vivienda destinada a alquiler como plan de ahorro o inversión económica. En este caso, las prioridades del proyecto son diferentes a cuando se trata de nuestra primera residencia.
Es importante tener un presupuesto económico lo más estricto posible y conseguir que la propiedad sea totalmente funcional y adaptable a los posibles inquilinos futuros.
¿Cómo hacerlo?
Es imprescindible reformar aquello que no se ve, fontanería, electricidad, climatización, etc. ya que una vez que lo hagas, no tendrás que modificarlos en muchos años. Además, son los elementos básicos para que los ocupantes estén cómodos. Posteriormente, ya te podrás encargar de todos los elementos estéticos así como el mobiliario.
Tipo de Inquilinos
Una de las cosas que tienes que saber antes de empezar la reforma, es el tipo de contrato que deseas tener. Normalmente son de alta y baja duración.
Con respecto al de alta duración, tendrás que cuidar los aspectos estéticos y mobiliario para que los inquilinos estén lo más a gusto posible. Ten en cuenta que será su casa durante mucho tiempo. En el caso de que te quieras asegurar un alquiler de este tipo, un buen filtro es no disponer de muebles, es decir, los residentes traerán sus propio mobiliario.
En relación a la baja duración, la reforma tendrá que ser lo más neutra posible con sistemas que consuman muy poco. Te interesa que los muebles sean duros.
Consejos para hacer la reforma:
1. Mientras más luz natural tenga la vivienda, mejor. Más fácil será alquilarlo. Te interesa tener espacios amplios y claros.
2. Evita habitaciones pequeñas, es unos de los factores que más detestan los inquilinos. Es mejor tener menos, pero cobrar una renta más alta.
3. Paredes con pintura neutra normalmente blanca. Este color ayuda a percibir el espacio más amplio.
4. Está de moda abrir y juntar la cocina con el salón. Plantéate incorporar una isla.
5. Evita los cuartos húmedos. Te interesa que tanto la cocina como el baño tengan una buena ventilación. Así evitarás tener que arreglar continuamente problemas de humedades o condensación.
6. Tecnología simple y fácil de usar. Así disminuirás el riesgo de averías.
7. Materiales resistentes y fáciles de cuidar y limpiar. Evita todas las superficies que se puedan rayar. Un buen material a usar son los suelos porcelánicos para cocinas y baños y los laminados para el resto de la casa.
Recuerda que en Eraber te escuchamos y sabemos cómo llevar a cabo la reforma que quieres. Además incluso podemos mejorarlo, solo tienes que dejarte asesorar de un punto de vista técnico, estético y de ejecución.
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